Una de esas joyas escondidas en la Ciudad de México es el kiosko
morisco que se encuentra en el jardín de Santa María la Ribera, así como el
Museo de Geología situado a un costado de esa plaza.
El kiosko, que fue construido originalmente para una exposición
internacional en Nueva Orleans en 1894, fue colocado a su regreso en la Alameda
de la Ciudad de México, pero cuando se construyó el Hemiciclo a Juárez, el
kiosko fue desplazado a Santa María, donde continúa hasta hoy en día. Es una
auténtica belleza mudéjar, semejando un poco una mezquita y rematado arriba por
un águila imperial. Construido de hierro y madera, tiene los colores rojo,
azul, naranja, blanco y dorado, tanto en las columnas, como en el techo, plafón
y los remates de las columnas. El piso tiene un diseño de rectángulos que
marcan la dirección de los pilares. Es curioso que un objeto de ese tipo se
haya enviado como representando a México. Podía haber sido mucho más
emblemático de España que de México.
En la acera sobre la calle de Jaime Torres Bodet, se encuentra el Museo
de Geología. La construcción de este edificio se inició muy al principio del
siglo XX en un estilo ecléctico con detalles franceses, alternando con motivos
prehispánicos y fue concebido desde sus albores como Instituto Geológico
Nacional, dependiente de la entonces Secretaría de Fomento, Colonización e
Industria. Desde 1929, ha sido parte de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
La planta baja tiene una sala dedicada al esqueleto de un mamut y una
serie de huesos animales y fósiles de antiguos períodos hallados, tanto en
tierra, como en los mares nacionales. En la sala principal hay dos emplomados
alemanes que muestran motivos de minería y un vitral mostrando una mina de sal
polaca. En las salas de minerales hay un gran número de hermosos mostradores
hechos en Estados Unidos, con una gran colección de especies minerales,
incluyendo unas comunes como cuarzo y talco, así como piedras preciosas como
esmeralda y rubí; minerales estratégicos como carbón, hierro y uranio. Hay una
sala de meteoritos que son materia sólida primitiva que dio origen a los
planetas, compuestas de aleaciones de hierro, níquel, silicatos y otros. En un
piso subterráneo, recientemente inaugurado, hay una "Sala del Sistema
Tierra" para dar a conocer los conceptos de lo que se conoce como Ciencias
de la Tierra. En el primer piso, subiendo por una bella escalinata estilo Art
Nouveau, hay unos lienzos de José María Velasco que representan la evolución de
la vida sobre la Tierra, desde los orígenes de los mares, hasta la aparición
del hombre. Estas pinturas no están accesibles al momento, hay que pedir
permiso para verlas. Hace un par de años que hubo una exhibición en San
Ildefonso de los tesoros de la UNAM, estuvieron expuestas junto con algunos de
los aparadores que forman parte de este bellísimo museo.
Para llegar a esta plaza es necesario tomar la lateral del Circuito
Interior viniendo de Polanco desde antes de cruzar San Cosme, dar vuelta a la
derecha en Carpio y continuar cosa de 10 cuadras hasta llegar ahí. Los domingos
es frecuente que haya un número de puestos vendiendo toda clase de artículos,
incluyendo máscaras al gusto, un payaso, música y otros actos. Recientemente
hubo una lectura de cuentos judíos escritos por Efraín Kishon.
En cierta forma, es la provincia mexicana en la capital.